martes, 19 de junio de 2012

Historia sin nombre

      Gardeners míos, pido mis más sinceras disculpas por aún no ponerle nombre a esta historia. Digamos que no quiere termine siendo algo así como "Rocío del Anochecer", sino que quiero algo más serio, algo que cause impacto.

     En fin, como les iba diciendo, acá dejo una nueva entrega de esta pequeña historia, que se ha escrito con harto cariño y dedicación. Nuevamente se viene con harta poca acción, pero calmoas queridos míos, se viene, se viene, no os desesperéis :P   

     Espero que sea de su agrado, y la disfruten.


III
El paso

Había llegado la noche, estábamos en el cuarto que rentaba Allan, siempre me quedaba con él cuando venía a la cuidad. Añoraba estos momentos, añoraba que tocara mi cabello. Añoraba el sonido de su corazón retumbando en su pecho. Añoraba, siempre añoraba. Pero ahora todo era real, el momento, sus caricias, el sonido de su corazón retumbando en su pecho…
-         -    Matilda, ¿te agradó la casa? – preguntó repentinamente-
-          -   , ¿por qué lo preguntas? – dije sorprendida-
-          -   Te vi algo aturdida mientras la visitábamos.
-          -   Ah, eso … verás, ¿recuerdas que te conté lo que me sucedió con una chica en el tren?
-          -   Si –dijo extrañado-
-          -   Pues, era ella, la que nos arrendará la casa.
-          -   ¿De verdad? … imaginé que sería una anciana, pero debo admitir que era bastante guapa.
-          -   ¿Más que yo? – dije haciendo un puchero-
-          -   Jajaja, ¡tonta! –y siguió acariciándome por un largo rato-



No recuerdo en que momento me dormí, pero cuando desperté Allan estaba mirándome mientras terminaba de secar su cabello, se alistaba para ir a la universidad.
-         -    Recuerda que tienes una cita está tarde, no se te ocurra llegar tarde, no creo que encontremos una casa a un precio mejor que de la que visitamos ayer, dormilona – dijo sonriéndome-
-          -   Aarrrggghh! Sí, lo sé!, estaré antes que ella allí –dije desperezándome-
-      -   Nos vemos esta noche, me falta arreglar los últimos detalles de mi tesis, así que demoraré – rozó mis labios con los suyos-
-          -   Te quiero –dije mientras salía del cuarto-

No quería ir. Si no fuera porque se lo prometí a Allan, no iría. No quería verla. Me hacía sentir extraña, como dicen, la primera impresión es la cuenta, y con ella, no había sido de las mejores. Me levanté y escogí mi mejor ropa, no quería parecer un estropajo al lado de ella.

Llegué a la cafetería en la que habíamos concertado. Luego iríamos al notario para hacer todo legal. Si algo me tranquilizaba era que esta sería la última vez que la vería, del resto se haría cargo Allan. Y ahí estaba, mirando hacia a la calle, miré mi reloj, faltaban aún 10 minutos para las 3:00 (hora en la que habíamos quedado de juntarnos). - Miércoles!, y yo que me había esforzado para llegar antes que ella-
-          -   Por acá – dijo mientras extendía una mano-

Vestía hermosamente. Esta vez de violeta. Un vestido, un abrigo y aquel relicario que había llamado tanto mi atención la primera vez que lo vi.
-          -   Veo que haz llegado antes de lo previsto – dijo mirando el reloj de la cafetería-
-    -  , no quería hacerle esperar – acá vamos de nuevo, yo y mi incapacidad de tutearla, aun cuando ella lo hacía conmigo-
-   - Comprendo… toma asiento, debo hacerte algunas preguntas antes de comenzar con los trámites de arriendo.
-          -   Ok – tomé asiento en la silla que ella me indicaba-
-        -   Responde algunas cosas que no me quedaron claras, primero, ¿Cuándo comenzarán a hacer uso de la casa? Y, ¿cuánto tiempo planean quedarse?
-         -   Mmmm … veamos, aproximadamente dentro de un mes planeamos mudarnos, cuando Allan y yo terminemos la universidad, y, por cuánto tiempo … no sé, tal vez un año, o hasta que encontremos una casa para comprar.
-       -   Un mes – apuntaba detalles un una pequeña libreta que llevaba en su cartera- entonces, como les decía ayer, yo me cargo de la reposición de servicios además pediré que limpien ese desorden, mal que mal nadie la ha habitado desde que fallecieron mis abuelos y sería bastante trabajo para ustedes solos.
-        -     No debe preocuparse no…
-          -   No, tómenlo como un regalo de mi parte

Seguimos hablando de detalles del arriendo. No fue tan traumático como creí que sería, aunque realmente me sentía molesta por como me mostraba ante ella, me ponía más nerviosa de la cuenta. Llegamos a  la notaría y firmamos el contrato, oficialmente dentro de un mes, seríamos los “dueños” de aquella casa, nuestro hogar.
-        -  De acuerdo, fue un gusto hacer tratos con ustedes, estoy segura que cuidarán ese lugar, ya que es muy importante para mí.
-          -   , descuide, no podría dejarlo en mejores manos.
-       -  Entonces, Matilda – tomó una de mis manos – deberías dejar de ser tan formal conmigo, te pido me llames por mi nombre, Eleanora, me haces sentir mucho mayor que tú – se rió, en una extraña broma personal-
-          -   De acuerdo… Eleanora – esto sonaba extraño-
-     -   Estaré en contacto con tu novio por cualquier cosa – me dio un beso de despedida- hasta pronto, estoy segura que te volveré a ver – me miraba ¿interesada?-
-         -     Ha… hasta luego.
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